Los mineros regresaron,
todo el mundo regresó
al olor de el aguardiente
que se bebe en "Don Simón".
Es taberna con dos puertas
adornadas con color
de los ojos de su dueña
que perdieron el color.
Treinta años, cuatro viuda
pero nadie la estrenó
en la guerra se casaron
y la guerra lo mató.
Cuando llega la fatiga
la jornada terminó
sólo quedan dos espigas
que se apagan como el sol.
Son los ojos de María
que están secos de llorar
por un mozo que no ha vuelto
aun queriendo regresar.
(1966)