He entendido el Don,
El Poder y la Gracia de aquellas vidas que un día toqué.
Hoy se desvanecen en el agua
Y allí las dejo correr.
No habrá despedidas, ni queja,
Ni llanto para quien bailó en mi fiesta,
En mis manos.
Cruzaré la puerta sin mirar atrás.
Tampoco esperarán.
No me abandonarán si me he marchado.
No romperán mi corazón si lo he arrancado.
Llenaré de gracia el último aliento,
Llevaré mi suerte a otro lugar.
El Don es saber que no es un lamento,
Ni me consolará.