Si tuviera ese grano de polen que había en mis alas
cuando todo decía que nunca terminaría
la canción de la luna en tu cama, la luz que rezaba,
que la noche y el día eran una bella cofradía
y mi boca sabía tu nombre, sin saber más nada
Si tuviera esa copa de vino de las madrugadas,
el consuelo que ya no consuela cuando hablo de entonces,
la ilusión de que hoy es ayer y que nunca es mañana,
si tuviera mis pies de volver, la esperanza de serte otra vez
un recuerdo, una sombra a tus pies, si tuviera el poder de pujar y nacer
Pero quién es capaz de vivir cuando ya se ha vivido,
pero quién es capaz de soñar cuando el sueño es un niño
que no supo escuchar y creyó que escupir al destino
se perdona, y tomó por asalto la luz del camino
Si tuviera lo que desviví no sé cuanto tuviera
Si tuviera lo que hay que tener, lo que nunca he tenido,
sangraría por darte otra vez mi memoria y su olvido,
este pan, esta espuma, esta sed, la intemperie donde te invité
mojadito en promesas de amor, en tu lluvia que no tiene fin,
ni después