Sé de un lugar
donde solos tú y yo
podremos ver la luz del sol
brillar.
Al clarear
nos iremos los dos
y tú sabrás lo dulce que es
amar.
Nuestro hogar será el mundo
que vaga sin cesar, sin rumbo,
que sigue con su andar profundo
sin descansar.
Te daré lo que es mío,
el nuevo atardecer de estío,
el lento caminar del río
que va hacia el mar.
Yo te daré
lo mejor de mi ser;
te haré sentir, mi gran amor,
por ti.
Nuestro hogar será el mundo
que vaga sin cesar, sin rumbo,
que sigue con su andar profundo
sin descansar.
Te daré mi mañana,
mi lento envejecer, mi techo,
mi incierto porvenir, mi lecho,
mi corazón.