Sobre la palma de mi lengua
vive el himno de mi corazón.
Siento la alianza más perfecta
qué injusticia a media voz.
La vida es un libro útil
para aquel que puede comprender.
Tengo confianza en la balanza
que inclina mi parecer.
Nadie quiere dormirse aquí,
algo puedo hacer,
tras haber cruzado la mar
te seduciré, por felicidad yo canto.
Oh, oh, oh, oh, oh.
Oh, oh, oh, oh, oh.
Nada me abruma ni me impide
en este día que te quiera, amor.
Naturalmente mi presente
busca florecer de a dos.
Nada hay que nada prohíba,
ya te veo andar en libertad.
Que no se rasgue como seda
el clima de tu corazón.
Nadie quiere dormirse aquí,
algo debo hacer,
tras haber cruzado la mar
te seduciré, sólo por amor yo canto.
Oh, oh, oh, oh, oh.
Oh, oh, oh, oh, oh.