era un chico perdido dentro de la gran ciudad
dónde la indiferencia no podía más que reinar
andando buscaba respuestas cuando no podía esquivar
cuanto no podía comprender ni aclarar
continuaba andando sin mirar donde pisar
y siempre descubría un lugar desde donde observar
pero su mirada parecía no poder entender
porqué la gente corría sin querer llegar a comprender
mira al suelo cuando no quieras ver, pensaba él
que en la ciudad donde vivía los edificios parecían nacer
como muros de acero que le impedían mirar
el mar que se escondía tras esta gran ciudad
y que desaparecía entre ladrillos de cristal
en los millones de billetes gastados para consolidar
en nuestra provincia la gran capitalidad
de este país muerto que no es nada más
que dos banderas para la misma forma de hablar
mira al suelo cuando no quieras ver, pensaba él
¿cuántas casas le quedaban de las que podía mirar
cuando iba con sus abuelos a nazaret a pasear?
¿cuántos sitios secretos le quedaban ya por visitar
con sus viejos amigos que se habían ido fuera de la ciudad?
todos destruidos para poder asentar
tiendas prefabricadas donde su alma poder comprar
en su río habían construido un gran panal
que parecía ser que ahora era el centro astral
de dónde surgían el dinero y el poder
y que como siempre él solo los vería pasar.
mira al suelo cuando no quieras ver, pensaba él
“en cómo lanzamos al aire a personajes que vinieron aquí
para llenarse los bolsillos y después huir por la puerta de atrás.”
y así se dió cuenta de que no habían construido para él
lo que podía ver alrededor de él
y que “las grandes tiendas estan tan llenas que da miedo pensar
qué es lo que tiene en su cabeza hoy en día el saber popular”
para poder venderse hasta llegar a olvidar
todo aquello que creía que cambiaría
mira al suelo cuando no quieras ver, pensaba él
en que nadie se preguntaba porque nos cuesta tanto encontrar
un lugar donde ganar para poder vivir en paz
nadie se preguntaba porqué nos cuesta tanto pagar
un lugar dónde poder dormir y descansar en paz
ya no queda dinero para lo social
y creemos que con nuestras proezas virtuales
podemos alcanzar nuestras promesas
mira al suelo cuando no quieras ver el cielo enladrillado